sábado, 19 de diciembre de 2009

3 parte

se encontraban cruzando la recepcion cuando llego una ambulancia, los medicos del hospital dirigieron la camilla hacia las puertas por las que habia pasado la mujer embarazada hacia tan solo unos minutos, en ella habia un hombre totalmente calcinado, solo se le distinguía el blanco de los ojos , estos eran un intenso verde, su cara estaba llena de heridas de fuego.
Un escalofrío recorrió a Lucia por todo el cuerpo, desvió la mirada y la fijó en la bata blanca del enfermero. Recorrieron más de cinco pasillos hasta que llegaron a uno en las que las puertas tenían placas blancas con letras azules en las que ponían el nombre de personas, médicos supuso Lucia y no se equivocó. El enfermero se paro delante de una de las puertas, concretamente en la última y le comunicó a Lucia:
- El Doctor Rodríguez le está esperando dentro señorita, animo.
Diciendo esto el enfermero la dejó sola delante de la puerta y desapareció por uno de los pasillos tan rápido que ni siquiera le dio tiempo a darle las gracias. Estaba muy preocupada, quería hablar con el médico cuanto antes así que no se lo pensó y llamo a la puerta. Escuchó una voz débil dentro de la habitación que le dijo que pasara. Abrió la puerta y entró a la habitación , era grande y de color beige, estaba iluminada por una pequeña lampara pero se veía con total claridad ya que los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana. Delante de estas se encontraba el médico ,sentado detrás de un escritorio caoba muy elegante que parecía antiguo, nada mas verla el hombre se puso de pie y la saludó, era un hombre de unos cuarenta años, tenia el pelo gris y corto y con la luz algunas canas brillaban por su bigote. Detrás del médico, entre dos ventanas había un cuadro, en él había un gran barco de madera hundiendose en mitad de una tormenta, curiosamente Lucia se sentia asi en ese momento, sola , herida y a punto de hundirse. Dejó sus pensamientos de lado y le preguntó al Doctor:
-¿ Como esta mi padre?- preguntó
El médico no le dijo nada sino simplemente se sentó en la silla de cuero negro y su mirada paso de ella a la silla que había enfrente suya, captando la indirecta Lucia avanzó y se sentó, inmediatamente el Doctor le contestó.
- Su padre está grave, no voy a engañarla, , Luis es un hombre entrado en años y siendo su médico se que padece diabetes y esos son factores muy negativos.
- ¿Pero que le ha pasado a mi padre?
- Pensaba que lo sabía – Se revolvió en la silla un poco incomodo de tener que decirle a la hija de Luis lo que le había pasado – Su padre, el señor Luis ha tenido un infarto agudo de miocardio.
Al ver que Lucia le miraba de forma rara le aclaró
- Es decir, su padre ha tenido un infarto en el corazón, normalmente estos se producen en el trayecto arterial por eso atacan este órgano.- Suspiró.-Mire no voy a mentirle hemos estado a punto de perder a su padre y no descartamos que pueda volver a darle otro infarto.
- ¿Pero se va a recuperar?- Las lágrimas se le agolparon en los ojos, Lucia pestañeo para que no se derramaran pero no las iba a contener por mucho tiempo.
- Estas venticuatro horas son cruciales para la vida de su padre, si logra pasar las dos próximas horas tendrá muchas posibilidades de sobrevivir y en este caso tendría que pasarse un tiempo en observación, pero si entre esas dos y venticuatro horas le da un infarto puede que… no sobreviva
El mundo se le vino encima a Lucia, su padre estaba en peligro de muerte y lo único que podía hacer era esperar. La impotencia la embargó podía perderlo en cualquier momento y no había forma de ayudarle.

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