miércoles, 2 de junio de 2010

Prte 4

Todo había ocurrido muy rápido , en las dos horas transcurridas desde que le mintiera a su hermana las cosas no habían ido bien . Aparte de la culpa y los remordimientos Lucia confirmo que algunos refranes no se equivocan. Para ella se cumplió el siguiente <>. De todas las partes de la conversacion entre Lucia y Hector, Silvia tuvo que escuchar en la que le contaba en que había mentido a su hermana.
Aun así Silvia le había dejado ser la primera en ver a su padre, eso le extraño de ella ya que estaba ansiosa por verlo pero no le pregunto por miedo a que cambiara de opinión , y en ese momento necesitaba ver a su padre. En ese momento llegó el Doctor.
El momento había llegado.

sábado, 19 de diciembre de 2009

3 parte

se encontraban cruzando la recepcion cuando llego una ambulancia, los medicos del hospital dirigieron la camilla hacia las puertas por las que habia pasado la mujer embarazada hacia tan solo unos minutos, en ella habia un hombre totalmente calcinado, solo se le distinguía el blanco de los ojos , estos eran un intenso verde, su cara estaba llena de heridas de fuego.
Un escalofrío recorrió a Lucia por todo el cuerpo, desvió la mirada y la fijó en la bata blanca del enfermero. Recorrieron más de cinco pasillos hasta que llegaron a uno en las que las puertas tenían placas blancas con letras azules en las que ponían el nombre de personas, médicos supuso Lucia y no se equivocó. El enfermero se paro delante de una de las puertas, concretamente en la última y le comunicó a Lucia:
- El Doctor Rodríguez le está esperando dentro señorita, animo.
Diciendo esto el enfermero la dejó sola delante de la puerta y desapareció por uno de los pasillos tan rápido que ni siquiera le dio tiempo a darle las gracias. Estaba muy preocupada, quería hablar con el médico cuanto antes así que no se lo pensó y llamo a la puerta. Escuchó una voz débil dentro de la habitación que le dijo que pasara. Abrió la puerta y entró a la habitación , era grande y de color beige, estaba iluminada por una pequeña lampara pero se veía con total claridad ya que los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana. Delante de estas se encontraba el médico ,sentado detrás de un escritorio caoba muy elegante que parecía antiguo, nada mas verla el hombre se puso de pie y la saludó, era un hombre de unos cuarenta años, tenia el pelo gris y corto y con la luz algunas canas brillaban por su bigote. Detrás del médico, entre dos ventanas había un cuadro, en él había un gran barco de madera hundiendose en mitad de una tormenta, curiosamente Lucia se sentia asi en ese momento, sola , herida y a punto de hundirse. Dejó sus pensamientos de lado y le preguntó al Doctor:
-¿ Como esta mi padre?- preguntó
El médico no le dijo nada sino simplemente se sentó en la silla de cuero negro y su mirada paso de ella a la silla que había enfrente suya, captando la indirecta Lucia avanzó y se sentó, inmediatamente el Doctor le contestó.
- Su padre está grave, no voy a engañarla, , Luis es un hombre entrado en años y siendo su médico se que padece diabetes y esos son factores muy negativos.
- ¿Pero que le ha pasado a mi padre?
- Pensaba que lo sabía – Se revolvió en la silla un poco incomodo de tener que decirle a la hija de Luis lo que le había pasado – Su padre, el señor Luis ha tenido un infarto agudo de miocardio.
Al ver que Lucia le miraba de forma rara le aclaró
- Es decir, su padre ha tenido un infarto en el corazón, normalmente estos se producen en el trayecto arterial por eso atacan este órgano.- Suspiró.-Mire no voy a mentirle hemos estado a punto de perder a su padre y no descartamos que pueda volver a darle otro infarto.
- ¿Pero se va a recuperar?- Las lágrimas se le agolparon en los ojos, Lucia pestañeo para que no se derramaran pero no las iba a contener por mucho tiempo.
- Estas venticuatro horas son cruciales para la vida de su padre, si logra pasar las dos próximas horas tendrá muchas posibilidades de sobrevivir y en este caso tendría que pasarse un tiempo en observación, pero si entre esas dos y venticuatro horas le da un infarto puede que… no sobreviva
El mundo se le vino encima a Lucia, su padre estaba en peligro de muerte y lo único que podía hacer era esperar. La impotencia la embargó podía perderlo en cualquier momento y no había forma de ayudarle.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Capitulo 1 Segunda parte

su padre estaba bien, sin perder más tiempo se vistió lo más rápido que pudo. Seguía temblando como un flan pero lo único que quería era llegar al hospital y averiguar lo ocurrido y saber si su padre estaba bien. Cogió las llaves y salio de casa.
Llego al coche enseguida, suerte que esa noche había encontrado un aparcamiento justo enfrente de su portal, tiró el bolso en el asiento del copiloto y se monto en el coche. Apenas había coches por lo que Lucia llegó al hospital en veinte agoniosos minutos en los que no dejaba de pensar en todo lo ocurrido con su padre en los años anteriores y en todas las cosas que había dicho y verdaderamente no pensaba y en como la familia se había separado por el enfrentamiento entre su padre y ella, Lucia sabia que la mas perjudicada había sido su hermana Silvia ya que siempre había estado en medio de los dos aunque siempre se posicionaba e el lado de su padre, de hecho llevaba años si hablar con ella hasta que la llamo para asistir al cumpleaños de su padre.
Dejó de lado sus pensamientos y aparcó, al salir del coche el terror la inundo, la ultima vez que había estado en el hospital su padre se había recuperado de milagro pero ni siquiera lo había sido capaz de visitarlo, se limito a llamar al medico de su padre para que le informara ya que ella no era capaz de mirar a su padre a la cara, se sentía culpable por todo lo que le había reprochado injustamente a su padre y sabia que si hubiera ido se echarían en cara las cosas ,aunque quizás no había ido porque simplemente era una cobarde y le asustaba ver a su padre en una cama de hospital con el suero. Su cuerpo entero tembló de pensarlo, no quería ver a su padre así. La gente entraba y salía, algunas para fumarse un cigarro, otras se iban llorando seguramente debido a la perdida de un ser querido una mujer entraba embarazada, probablemente de parto.
Lucia decidida a entrar quería moverse pero sus pies no le obedecían, deseaba que todo esto fuera una pesadilla y que nada hubiera sucedido, despertarse en su cama y ponerse a pintar como todos los días pero sabía que eso no iba a ocurrir. Ya había pasado por esto una vez hacia muy poco y no se sentía preparada para volver a hacerlo, cuando entrara tendría que mantenerse serena pasara lo que pasara por su hermana, Silvia estaba allí sola y preocupada mientras ella se debatía por entrar o no aunque en realidad lo único que estaba haciendo era alargar la agonía porque no podía huir.
Se armó de valor al pensar en ello y entro en el hospital sin vacilar, nada mas hacerlo vio a muchos enfermeros ir de un lado para otro mientras la mujer embarazada estaba tumbada en una camilla pasando por las puertas que separaban la recepción de los quirófanos y paritorios, en este caso. Sus pies avanzaban con determinación pero en su mente en lo único que pensaba era en salir corriendo.
Justo en ese momento divisó a Silvia, estaba sentada en una silla con un montón de pañuelos usados en el regazo y la cabeza baja con la mirada fija en el suelo, esa imagen destrozo a Lucia. Se quedo en el umbral de la puerta mirando a su hermana pequeña, Silvia quería mucho a su padre y su mente, ni la de ella, estaba preparada para pasar por esto dos veces en tan poco tiempo aunque Lucia si se veía capaz de superar lo que sucediera con el tiempo, le dolería pero su mente era fuerte pero en cambio Silvia no, ella necesitaba a alguien de apoyo y ese alguien solo podía ser su padre ya que era el que siempre había estado con ella cuando Lucia se marchó. Llegó a la silla y le tocó el brazo, Silvia se levantó provocando que todos los pañuelos se cayeran en el suelo haciendo un gran contraste con el suelo verde musgo y se abalanzo contra ella haciendo que casi se cayera, fue una abrazo frío y breve. Lucia le susurro en el oído antes de que se apartara
-Tranquila estoy aquí, ven siéntate- Sentó a Silvia en la silla negra que había estado ocupando hace poco y ella se sentó en la de al lado- ¿Te han dicho algo los médicos?
-No, no me han dicho nada, he preguntado varias veces pero lo único que me han dicho es que esperara aquí, como si fuera tan fácil- Silvia se sorbió la nariz, tenia sus ojos normalmente marrones y brillantes rojos e hinchados de tanto llorar.
Llevaba una hora en el hospital y ningún medico le había dicho nada, simplemente le habían ofrecido una tila que había aceptado encantada pero no la había ayudado mucho, seguía nerviosa su padre era a la persona que mas quería y no podía perderla aunque no quería hablar con el medico no podía, en cualquier momento se pondría a llorar lo notaba. Logro recomponerse para que Lucia no pensara que era pequeña, siempre la había considerado axial y ya tenia 25 años, escucho como si viniera de muy lejos a su hermana instándola a que le contara que había pasado, poco a poco se tranquilizo y empezó a hablar
-Yo estaba duchándome y papa estaba viendo la televisión, termine y me puse el pijama, cuando me dirigía a la cocina a beber agua escuche un golpe en el salón, llame a papa y no contestaba –Lucia estaba impaciente, le miro a los ojos y solo vio culpabilidad en ellos, sintió pena por su hermana, por todo lo que había pasado, la insto a continuar- Bueno pensaba que se había caído algo y no escuchaba que le estaba llamando porque la tele estaba muy alta axial que bebí agua tranquilamente y cuando llegue al salón…
Estallo en lagrimas y Lucia le dio un apretón cariñoso en el muslo, se sentía impotente, sabia que para Silvia era muy duro pero si no se lo contaba ahora nunca lo haría, cuando su madre murió prohibió a todos a hablar sobre el tema y se hacia la tonta o se enfadaba cada vez que alguien sacaba el tema. Lucia había intentado llevarla al psicólogo para que hablara con el y superara la muerte de su madre pero siempre le contestaba
-No estoy loca así que no pienso ir al loquero
Por eso Lucia había dejado de insistir pero ahora se arrepentía de ello ya que Silvia no estaba fuerte mentalmente y nunca lo estaría si todo salía mal.
-¿Qué paso cuando llegaste al salón?- Pregunto con un deje de impaciencia
-Yo…yo encontré a papa en el suelo, me arrodille junto a él y empecé a gritarle que se despertara, por un momento…
Silencio.
- ¿Por un momento que?- Estaba cansada y apunto de perder la paciencia.
Justo cuando su hermana iba a contestarle un enfermero entro en la sala, Lucia se puso tensa, las manos le temblaban y casi se desmaya cuando pronuncio el nombre de Silvia, escucho a esta decirle que fuera ella a hablar con el enfermero, lentamente se levanto y le dijo al enfermero
-Hola, yo soy Lucia la hermana de Silvia Castro
- Bien, sígueme la llevare a ver al Doctor, si quiere su hermana puede venir
- No, prefiero que se quede aquíEchándole un último vistazo a Silvia que estaba mordiéndose la uña, siguió al enfermero